Vivimos
en una sociedad en la que el consumo está a la orden del día. Es verdad que
necesitamos consumir para sobrevivir, pero la mayoría de las veces consumimos
más de lo que verdaderamente necesitamos.
Hoy en día, debido al incremento de producción
en todos los sectores y a la subida del nivel adquisitivo de la población, el
consumo ha aumentado considerablemente. En la mayoría de los hogares hay más de
un coche, más de una televisión y más de un teléfono móvil. Además, se acumula ropa y otros enseres que se
utilizan solamente en contadas ocasiones.
Pero el excesivo consumo se puede solucionar poniendo un
poquito de nuestra parte. Por ejemplo: utilizando el transporte público para
moverse por los alrededores, en vez de utilizar el vehículo, con el consiguiente
ahorro de combustible.
También, en nuestras
casas utilizando lámparas de bajo consumo; duchándose en vez de bañarse con el
consiguiente ahorro de agua; los electrodomésticos ponerlos en marcha una vez
estén completamente llenos (lavadora, lavavajillas, ...).
Otra medida que podemos tomar sería practicar un consumo
responsable, esto implica que, además del precio y la calidad, tengamos en
cuenta valores éticos, es decir: ¿Quién ha elaborado ese producto que tienes en
tus manos? ¿Cuál ha sido el impacto sobre el medio ambiente? Respetar la dignidad y los derechos de las personas, y cuidar el
Planeta en el que vivimos. Comprando directamente al productor contribuimos a
que la producción y la comercialización estén al servicio de las personas que
trabajan en pro de un comercio justo.
Por lo
tanto, consumiendo lo justo y con responsabilidad, ahorraréis dinero y veréis
que gusto.
JOSE LUIS BARRENA
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